El estilo es siempre sencillo, ágil, ligero, pero convocante, sugerente, como llamando a algo más que lo directamente dicho. Esto se hace aún más evidente por las frecuentes evocaciones a la historia de la escritura en el Perú. Me refiero a que, en numerosas ocasiones, la lectura le hace a uno recordar frases, expresiones, palabras sueltas e ideas que uno ha leído en reconocidos pensadores y escritores peruanos. Se advierten también algunos guiños a Sartre, Foucault, Kuhn y pocos más, pero lo que para mí es evidente y digno de elogio es que los textos de Rubén Quiroz parecen estar dialogando permanentemente con connotados autores peruanos, que van de Guamán Poma y Garcilaso de la Vega a Augusto Salazar Bondy, Francisco Miró Quesada Cantuarias, pasando por González Prada, Palma, Vallejo, Mariátegui, Arguedas, Valdelomar, Deústua, Basadre, Porras, V. A. Belaunde, Ribeyro y otros».
José Ignacio López Soria